Viena es mucho más bonita a ritmo de vals, y si no, fijaos en el vídeo resumen de nuestro paso por allí ;)
Esta mini-guía pretende resumir los aspectos más básicos de las ciudad y servir como orientación para la preparación del viaje. Para ver nuestra experiencia post-viaje y los lugares que nos encantaron puedes ver el post Viena: Resumen y recomendaciones. Puedes ver el itinerario de nuestro viaje aquí.
Éste es un post que intenta resumir las experiencias del viaje, esas cosas que luego se olvidan con el tiempo y que realmente constituyen casi la esencia del mismo. Éstas han sido las nuestras:
NOS HA ENCANTADO/GRANDES EXPERIENCIAS
- La historia de Sisi: Mr. Knook problablemente no estará de acuerdo conmigo, pero es que soy fan de Sisi desde que vi las películas de Romy Schneider que pasaban por la tele cuando era pequeña. En Viena, Sisi estaba por todas partes.
- El ambiente en fin de año, con conciertos de música clásica y ópera al aire libre.
- El mercadillo de navidad de Marie-Theresien-Platz: enorme, y con miles de casetas de artesanía, comidas y bebidas para perderse un ratito.
- El Prater: llovía y estaba prácticamente vacío cuando lo visitamos, pero tenía un encanto especial que nos conquistó.
- La tradición pastelera Austríaca: cientos de konditoreis y cafés donde disfrutar de un café y un trozo de tarta, con la ventaja de no sentirte culpable porque estabas a bajo cero y necesitabas energía :P
De Viena a Bratislava
Nuestro último día de viaje decidimos cambiar de país y acercarnos hasta Bratislava, la capital de Eslovaquia, aprovechando que se encuentra a apenas una hora de Viena. De hecho, son las dos capitales europeas que se encuentran más próximas entre sí. La opción más comunes para hacer el trayecto es en tren o bien en barco por el Danubio. La opción barco es más cara y un pelín más larga, pero en verano seguro que es mucho más bonito. Nosotros, con el frío que hacía, decidimos ir a lo práctico y coger el tren, que salía desde la Wien Haupbahnhof, la estación central de Viena. [Tip: Para llegar hasta allí en metro la parada no se llama, como podía esperarse, Wien Haupbahnhof, sino Südtiroler Platz.]Estación central de Viena |
Con la pierna lesionada
Cuando me levanté y noté que el dolor de rodilla, tras dos días, seguía siendo muy intenso y doloroso, decidí ir a comprar una rodillera a la farmacia que teníamos del lado del hotel. No me quedaba otro remedio que andar, y la perspectiva de quedarme en el hotel descansando y perderme algo no entraba en mis planes. Pensé que tal vez una rodillera me ayudaría a mitigar algo el dolor, lo suficiente para poder andar normal sin tener que girar la pierna hacia fuera para evitar el dolor punzante cada vez que andaba recto. Y así fue que me compré una rodillera para deportistas que algo alivió (cuando llegué de vuelta a casa resultó que lo que tenía era una tendinopatía en el tensor de la fascia por sobrecarga).Rodilla semibiónica |
Palacio de Schönbrunn
La primera visita del día la hacíamos al Palacio de Schönbrunn, la residencia de verano de los Habsburgo (algunos lo llaman también el Versalles vienés). Cuando llegamos, sobre las 10 y algo de la mañana, lucía un sol espléndido.Vista del Palacio de Schönbrunn desde el Parque |
Empezando el año con el concierto de año nuevo
Año nuevo en un país nuevo, de nuevo. ¡Qué ilusión! El día empezó sin prisas y con el desayuno más tardío de todo el viaje (tampoco mucho porque a las 10 cerraban la sala.). El plan del día era de lo más calmando, básicamente lo dedicaríamos a museos, aprovechando que la gran mayoría cierra más tarde los jueves. El día, muy gris, era de lo más propicio para ello. A pesar de ser festivo, todos los museos, palacios y demás sitios abrían, aunque un poco más tarde de su hora habitual.Esta vez nos movimos en metro porque mi rodilla estaba ya muy tocada. Un billete individual de metro vale 2,20€ y los abonos no nos compensaban para los viajes que teníamos previsto hacer. Antes de entrar en el metro, hay que validar el billete en las máquinas que hay en la entrada, pero en la práctica creo que éramos los únicos que lo hacíamos.
La primera parada fue la Plaza del Ayuntamiento, para ver un trocito del Concierto de Año Nuevo que se celebra todos los años en el Musikverein de Viena. Debido a la alta demanda de entradas, éstas se sortean en enero de ese mismo año, así que cuando decidimos que pasaríamos el fin de año en Viena era del todo imposible conseguir entradas para el concierto. Nos conformamos con verlo desde la pantalla gigante que había en la plaza, pero como el día no acompañaba nada, enseguida nos fuimos.
Pantallas con el concierto de año nuevo en la Plaza del Ayuntamiento |