Berlin día 4: Berlín Unterwelten, Alte Nationalgalerie, Kulturforum.

by - 14:05

Empezamos el día intentando desayunar en el centro comercial, ya que el día anterior habíamos visto un sitio de bagels con muy buena pinta. Cuando llegamos había dos personas dentro preparando todo que nos dijeron que estaba cerrado. No hablaban nada de inglés y eran muy bordes. Desencantados salimos del centro comercial y nos vamos a otro café de Postdamer Platz (Café Balzac: mi crítica de Tripadvisor aqui) donde pedí un Apple Cinnamon Latte y una especie de croissant aplastado con canela que estaba buenazo. Además el camarero nos habló en español al vernos con cara de póker cuando me pregunta si quiero el latte groß (grande) o klein (pequeño). Se llamaba Randy y parecía puertoriqueño.

Berlin Unterwelten

La primera parada del día era una que me hacía mucha ilusión: el tour de Berlín Unterwelten. El tour no se puede reservar previamente, así que para asegurarnos las entradas queríamos estar allí a las 10:00 de la mañana, puntuales, cuando abren. Como siempre, fue imposible.

Teníamos que ir hasta la parada de Gesundbrunnen, pero entre que estaba bastante lejos del hotel, esperamos el metro, localizamos el sitio saliendo de la parada (que era bastante grande y por tanto el trayecto de salida también) y nos pusimos a la cola eran las 10:15. Justo cuando acabaron de atender a la pareja que estaba delante de nosotros en al cola, apareció en la pantalla que ya no quedaban entradas para el tour en español. Solté un ¡nooooo! que me salió del alma, pero la chica que nos atendió nos dijo en español que no nos preocupásemos, que si sólo éramos 2 teníamos sitio. Bieeeeeeeen!!!!!!! Pagamos los 10€ por cabeza de la entrada encantados de la vida.

El tour para el que tenemos entradas es el Tour 1 "Mundo entre tinieblas", que empieza a las 10:30 y dura 90 minutos. Después de esperar esos 15 minutos que faltaban a refugio de la lluvia en la estación de metro, apareció nuestra guía y comenzó a llamarnos para el tour en español. Se llamaba Silvia Brito Morales y era auténtica. Nos condujo de nuevo al interior de la estación de metro, donde, tras una puerta verde (por delante de la cual pasan cada día miles de personas sin imaginar lo que hay detrás) se encuentra el refugio antiaéreo que vamos a visitar.
189 - Volkspark Humboldthain
Puerta de acceso al refugio desde la estación de Gesundbrunnen
Silvia nos da la bienvenida y nos explica lo que vamos a ver, con un hablar tan rápido y cómico que parece que estemos viendo un monólogo humorístico. Nos advierte de que no podremos hacer fotos en todo el recorrido.

El "Búnker B" de Gesundbrunnen

Tras la construcción de la estación de metro, los diferentes espacios disponibles iban a ser dormitorios y comedores para el personal, pero la crisis de los años 30 echó por tierra esa idea. Con la IIGM esas galerías se convirtieron en refugios antiaéreos con capacidad para 900-1.300 personas, pero en los que se llegará a registrar hasta el triple de ocupación.

Entramos por la esclusa principal, donde nos explicó que no debíamos tocar las paredes, puesto que están pintadas con pintura fosforescente todavía activa y que resulta tóxica al llevarse las manos a la boca. Para demostrarlo dibujó con el haz de la linterna sobre una de las paredes y a continuación apagó la luz. Todos nos sorprendimos al ver el dibujo brillando en la oscuridad.

Nos enseñó los baños de mujeres, las salas de emergencia y demás habitaciones mientras nos iba hablando del conflicto bélico. También nos explicó que esta construcción no es un búnker (aunque los civiles que lo ocupaban no lo sabían), sino un refugio antiaéreo, siendo la principal diferencia que en caso de bombardeo el "daño colateral" sería alrededor del 10%. Gran parte de las salas se encuentran decoradas con objetos de la IIGM como una máquina enigma hecha trizas, bombas, propaganda para educar a la población civil en la protección frente a bombardeos, etc. Nos contó también que se siguen descubriendo restos de la IIGM unas tres veces por semana (fosas comunes, munición que hay que desactivar...). También recalcó que no existió el führerbunker como tal, sino el proyecto B257. Nos habló  de los búnkers que construían los alemanes, con ventanas y tejados para despistar al enemigo al sobrevolarlos. Como una vez terminada la guerra la tecnología de la época no les permitía dinamitarlos, los aliados los cubrieron con escombros y tierra. De esta forma dieron lugar a una serie de colinas artificiales que se elevan sobre Berlín.  Además nos dice que en el parque que se encuentra justo enfrente hay uno que se puede visitar de abril a octubre.

El correo neumático

También nos habló del correo neumático (con demostración espectacular incluida) muy popular a finales del s. XIX y principios del XX. Berlín contaba con una red de 400 kilómetros de extensión, la más grande después de París. Esto me hizo mucha gracia porque yo sólo había visto este sistema en Futurama (vale, y en El Corte Inglés también, pero después de haberme fijado en Futurama xD). En otra de las explicaciones comentó que Berlín tiene mucha agua a nivel de superficie y que es necesario drenarla cada vez que hay obras (de ahí las tuberías de colorines por toda la ciudad). Salí de allí pensando que era la visita guiada más completa, divertida y educativa que había hecho en mi vida. En realidad nos encantó a los dos pero a Mr. Knook, medio febril, le costó mantenerse de pie durante la hora y media que duró la visita.

El búnker de Humboldthain

Al salir decidimos acercarnos al Parque  de Humboldthain para echarle un vistazo al búnker. Al entrar ya nos llamó la atención una extraña colina que se levantaba de repente en medio de la nada. Empezamos a subir las escaleras y llegamos hasta las torres antiaéreas del búnker. Lo que nos había contado la guía era verdad: al ser incapaces de demoler los búnkers con el armamento disponible en la época, los enterraron en una montaña artificial de escombros. Por delante apenas se distingue nada, pero por la parte que da a las vías del tren se puede ver perfectamente la estructura.
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Búnker medio enterrado en tierra
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Una de las torres del búnker
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Vista desde la parte de abajo.

Alte Nationalgalerie

La siguiente visita fue la Alte Nationalgalerie, en la Museumsinsel. Este museo cuenta con una colección de arte europeo del s. XIX, alemana en su mayor parte. Por dentro es bastante acogedor, pero los vigilantes me tocaron la moral. Primero me prohibieron ir con el jersey en la mano, o sobre la espalda o enganchado en ninguna parte. O me lo ponía o lo dejaba en la taquilla. Nada los convencía de que ahora tenía calor (porque venía del frío de fuera y dentro del museo hacía calor) y después igual tenía frío, nada, la mente cuadrada alemana no admitía estos subterfugios. El bolso, que era tipo bandolera, tenía que llevarlo hacia delante. Como me molestaba para andar, cuando me daba cuenta lo había vuelto a poner medio de lado y ya venía un vigilante a llamarme la atención. Esto debió de pasar unas 3 o 4 veces. Me cabreó tanto que no disfruté el museo ni la mitad, porque estaba pendiente de los vigilantes y su mirada acusadora. En cualquier caso, como el museo no era muy grande, en apenas una hora ya lo habíamos visto todo.191 - Alte Nationalgalerie

Kulturforum

Por la tarde nos habíamos propuesto visitar el Kulturforum, que venía siendo la Museumsinsel de Berlín oeste.  Concebido como un centro de arte y cultura aquí se encuentran varios museos, salas de concierto, bibliotecas, etc. Para llegar hasta allí no teníamos otra manera que andar o coger el bus. Desde la Isla de los Museos había bastante distancia, y como estábamos bastante cansados, nos decidimos por el autobús. El mismo billete de metro que habíamos usado nos valía, así que nos subimos al autobús de dos pisos que bajaba hacia Potsdamer Platz.

El autobús nos dejó enfrente del edificio de la filarmónica, así que aprovechamos para ver si había entradas para algún evento interesante. Había dos conciertos que tenían buena pinta pero al final nos decidimos por una representación de Carmina Burana de Orff y la 9ª Sinfonía de Beethoven. Hicimos unos 15 minutos de cola y cuando nos llegó el turno ya no quedaban las entradas baratas (las que están detrás del escenario y que valían menos de 30€). Nos conformamos con las intermedias y pagamos 40€ cada uno esperando que valiera la pena, ya que la acústica se supone que es excelente.

Neue Nationalgalerie

La Neue Nationalgalerie, o Nueva Galería Nacional de Berlín, se encuentra en un edificio diseñado por Mies van der Rohe. Según la guía acogía "una colección de arte europeo del s. XX, con énfasis en el expresionismo alemán. Centrada en expresionismo, cubismo y Bauhaus, contiene obras de Klee, Munch, Kandinsky, Bacon y Pablo Picasso entre otros". No vimos nada de eso, si lo llegamos a saber no vamos...

Antes de ponernos a explorar, y como ya eran casi las 4 de la tarde y no habíamos comido, paramos un momento en el café del museo para reponer fuerzas (Cafe in der Neuen Nationalgalerie: mi crítica en Tripadvisor aquí). Tan sólo ofrecían sopas y sandwiches, y éstos últimos se les habían acabado, así que nos tuvimos que conformar con una sopa y un trozo de tarta.
192 - Neue Nationalgalerie
Kartoffelsuppe mit würstchen (sopa de patata y salchica) y marzipantorte (tarta de mazapán). Son adictos al mazapán.
193 - Neue Nationalgalerie
Mohntorte (tarta de semillas de amapola).
Con el estómago lleno ya estábamos en condiciones de visitar el museo. Qué decepción cuando nos dimos cuenta de que no se parecía en nada a lo que ponía la guía, sino que era un espacio donde exponían creaciones de vanguardia de artistas no muy conocidos y en el formato que menos me gusta: videoexposiciones y creaciones de dudoso gusto. Nos pareció un timo auténtico, así que decidimos irnos a pasar el rato a otro sitio. Mientras hacíamos cola para recoger las cosas en el ropero, Mr. Knook me informó de que el tío de delante se acaba de colar, formando una especie de cola doble unipersonal con todo el morro. Yo, todavía cabreada por lo malo que había sido el museo, me decidí a increparle y le pregunté si es que conocía al señor al lado del cual se había puesto. Al contestar negativamente (no le quedaba otra porque el tío que tenía al lado puso cara de alucinar mientras nos decía que no) le indiqué que hacía un momento estaba detrás de nosotros, y que ahora estaba delante. Con todo el morro me preguntó si estaba seguro, y ante mi respuesta afirmativa no tuvo más remedio ponerse detrás. ¡¡¡¿Alemanes colándose?!!!! ¡Y a una española! ¡Habrase visto!

Gemäldegalerie

Otro de los museos del Kulturforum es la Gemäldegalerie. Aquí se muestra una colección de arte europeo desde el siglo XIII hasta el XVIII. El museo pasa desapercibido por fuera, pero por dentro está bastante bien organizado. No es sin embargo tan famoso, así que apenas había gente y disfrutamos de una visita tranquila, descansando de vez en cuando en los bancos de las salas, ya que apenas nos teníamos en pie tras 4 días de intenso ritmo. Nos entretuvimos aquí todo lo que quisimos, ya que teníamos que hacer tiempo hasta las 20:00, hora en que empezaba el concierto.

Philarmonie

La filarmónica se encuentra a apenas 5 minutos andando desde la Gemäldegalerie. A esas horas ya había mucha gente dentro, la gran mayoría muy bien vestidos. Nosotros decidimos atravesar el edificio por detrás, y cuando Mr. Knook se empezaba a enfadar diciendo que no íbamos a conseguir entrar y que teníamos que dar la vuelta conseguí que un vigilante me abriese una de las puertas de la terraza del primer piso y me viniese a ayudar. Al enseñarle las entradas nos dejó pasar, y hasta nos indicó por dónde llegar a nuestros asientos. Como de alemán no íbamos sobrados, nos confundimos de sitio, y es que había que fijarse que había sitios a la izquierda (links) y a la derecha (recht).
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Acceso a los palcos del primer piso
 Una vez acomodados observamos que el recinto está bastante lleno para ser un jueves cualquiera. El edificio por dentro es bastante chulo, y la acústica es muy buena. 196 - Philarmonie 197 - Philarmonie
Desgraciadamente mi cansancio y la música hicieron que me entrase un sueño horrible y tuviese que resistir para no cerrar los ojos y quedarme profundamente dormida. El concierto no estuvo mal, pero tampoco mereció tanto la pena. A las 9:30 ya había acabado, así que volvimos andando al hotel y cenamos directamente allí porque estábamos muertos.

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1 comentarios

  1. Uooooooooooooo esos son los tours que quiero hacer!! ^_^ Y tomo nota de lo del bunker! por si vamos en las fechas que se puede visitar.

    un abrazo!

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